El estrabismo es un problema visual que consiste en la pérdida de paralelismo entre los dos ojos, de modo que no están alineados correctamente y cada uno mira en una dirección. Aunque es una patología que suele asociarse a la infancia, también tiene lugar y puede tratarse en la edad adulta.
El estrabismo en adultos puede producirse como consecuencia de un estrabismo infantil o ser secundario a diferentes enfermedades y procesos. En función de sus múltiples orígenes, pueden distinguirse cuatro grandes grupos de estrabismo, cada uno de los cuales deberá tratarse de forma específica:
Para valorar el grado de desviación ocular y el tipo de estrabismo con el objetivo de guiar el posterior tratamiento, se lleva a cabo una exploración oftalmológica completa que, en ocasiones, puede requerir solicitar pruebas específicas para valorar la enfermedad.
Asimismo, durante la visita se descarta la presencia de otras enfermedades oculares o defectos refractivos asociados al estrabismo.
En los casos en los que el estrabismo aparece en la edad adulta, el paciente suele experimentar visión doble (o diplopía), ya sea de forma intermitente o constante, que puede resultar muy incapacitante a la hora de llevar a cabo actividades cotidianas.
Por otro lado, el estrabismo de origen infantil no provoca diplopía, aunque los pacientes que lo padecen suelen experimentar:
Es importante tener en cuenta las implicaciones psicosociales que conlleva la desviación ocular, cuya corrección no solo permite tratar un problema funcional sino que también aporta un beneficio estético.