La luxación de la lente intraocular (LIO) es una condición muy rara que afecta a personas previamente intervenidas de cataratas y que consiste en el desplazamiento de la lente implantada hacia la cavidad vítrea del ojo. En otras ocasiones, la lente se descentra del eje visual pero no llega a caer en la cavidad vítrea (subluxación).
El desplazamiento de la lente intraocular provoca cambios en la visión y, si esta llega a caer en la cavidad vítrea, puede producir tracciones causadas por los movimientos propios del ojo, que derivan en desprendimiento de retina y/o hemorragias vítreas.
Se estima que entre el 0,05 % y el 3 % de los pacientes intervenidos de cataratas padecerán espontáneamente una luxación de la LIO. Asimismo, algunos estudios ponen de manifiesto que su incidencia es más alta 5 años después de la cirugía.
Generalmente, los pacientes que la padecen presentan las siguientes lesiones o intervenciones previas:
La luxación de la LIO no se puede prevenir, ya que ocurre espontáneamente. Sin embargo, es importante que los pacientes intervenidos de cataratas realicen revisiones periódicas y visiten urgentemente al oftalmólogo si notan una pérdida de visión.
El síntoma más característico de la luxación de la LIO es la pérdida de visión, aunque algunos pacientes también refieren ver borroso o desenfocado. No produce dolor.
Si la lente está en la cavidad vítrea, el tratamiento consiste en realizar una vitrectomía, con el fin de extraerla e implantar otra o recolocarla. En los casos en los que la LIO no ha llegado a desplazarse hasta la cavidad vítrea, el cirujano la maneja y recoloca, sin necesidad de realizar una vitrectomía.