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¿Qué ocurre si no se trata la obstrucción lagrimal?

La localización de la obstrucción lagrimal determinará la importancia de resolver el consiguiente ojo lloroso. Si el paciente tiene una obstrucción alta, es decir, en los canalículos lagrimales (pequeños conductos que se encuentran en los párpados), no suele pasar de ser un problema molesto por el hecho de estar llorando constantemente. Sin embargo, cuando la obstrucción es más baja y se localiza tras el saco lagrimal, este puede infectarse debido a la acumulación de la lágrima y dar lugar a una dacriocistitis (inflamación del saco lagrimal). Eventualmente, esto podría llegar a generar problemas más graves como una celulitis orbitaria (infección de la grasa y de los músculos que rodean el ojo).