El paciente puede notar pequeños cuerpos flotantes, que son los restos capsulares en el espacio vítreo, pero pasados unos días, normalmente, desaparecen. La fotocoagulación con láser YAG se aplica en la cápsula que sujeta la lente intraocular artificial y que, con el tiempo, se vuelve opaca, por lo que el paciente pierde visión. La fotocoagulación con láser YAG no es dolorosa y logra, de una forma rápida, una mejoría visual