En ocasiones, los pacientes que tienen defectos visuales no pueden seguir las clases con normalidad, ya que no detectan con definición los objetos a cierta distancia. Esto hace que el niño se distraiga, pierda la concentración y el interés en seguir los estudios. Por tanto, a cualquier niño que tenga una deficiente escolaridad hay que hacerle un examen para descartar este punto.