La queratitis es una inflamación de la córnea, la estructura más anterior y transparente del globo ocular, que puede ser debida a múltiples causas. Si afecta solamente a su parte externa (el epitelio), que es lo más frecuente, se llama queratitis superficial y suele curarse sin secuelas. Por el contrario, si afecta a capas más profundas se trata de una queratitis ulcerativa, menos habitual pero que puede ser muy grave. Cuando deja una cicatriz en la córnea (leucoma), la visión llega a verse severamente comprometida.
Existen múltiples causas que pueden provocar queratitis. Las más frecuentes son:
Previniendo dentro de lo posible las circunstancias que pueden provocarla: si existe ojo seco, lágrimas artificiales, protegerse del sol intenso con gafas, acudir al oftalmólogo ante cualquier traumatismo (lesiones que pueden sobreinfectarse), higiene meticulosa en portadores de lentes de contacto...
Sin embargo, en muchos casos no existen pautas para evitar la queratitis. Es importante acudir al oftalmólogo ante manifestaciones clínicas como las descritas. Como siempre, el tratamiento instaurado rápidamente hace mejorar el pronóstico.
Las queratitis provocan dolor, lagrimeo y fotofobia intensa (la luz es muy molesta).
Según la zona afectada pueden causar también una disminución importante de la agudeza visual.
El tratamiento de la queratitis suele ser médico. No obstante, en algunos casos puede requerir cirugía.